sábado, 28 de febrero de 2015

Tu...


Fue entonces cuando me dí cuenta que había vivido a medias, perdido, lejano.
Cuando tus hermosos ojos traspasaron mi ser, mi alma, haciéndome ver que los imposibles tienen nombre, y el mío fuiste tú.
Doblegando cada segundo en magia, cada sonrisa en necesidad, y cada día sin ti en meses.
Eres eso que nunca llegué a alcanzar, pensándote imposible, como una de esas estrellas que admiras a millones de años luz, pero sabes que jamás podrás tocarlas y aún así las obsequias, eso eras tú, ahora vivo en un paréntesis, buscando no perder tu sonrisa, buscando no volver a echarte de menos, después de haberte soñado. Ahora cuando me tienes, cuando existes y dejaste de ser un sueño, eres mi realidad...

Alex Supertramp

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Llegó

Y con un frío intenso, la piel cansada y una sonrisa de aliento, se dieron la mano, se saludaron con un abrazo, un beso torpe y avergonzado selló ese reencuentro de dos almas que necesitaban un contacto más, solo uno para dejar de pensar en el vacío, para doblar la carta de un silencio que dibujó ese adiós tan rápido una mañana, lo necesitaban y ahí, ahí se tenían el uno al otro... Sin poder creerlo... El la tenía al frente y ella, aún brillaba cómo el primer día, o más, era ella. Y el aún, no lo cree.

martes, 18 de noviembre de 2014

amantes


Acariciaron al unísono la ventana que los separaba, era un adiós, lo sabían... Aunque juraron no volver a separarse, sabían dentro de cada uno de sus corazones que aquel dolor era el adiós de las almas, era un beso que quedaría por siempre iluminado en una lagrima, con la despedida como canción, el se iba a la guerra, ella... Comenzaba una nueva, contra la tristeza y... Lo sé, que ella ya sabía que la perdería, tanto como la cabeza, porque él, él ya no volvería.

Alexander Ramírez

domingo, 16 de noviembre de 2014

Alas

Te estoy tejiendo un par de alas,
sé que te irás cuando termine...
... pero no soporto verte sin volar.

Andrés Castuera-Micher

Ella...


...Y no, no era guapa, ni bonita, de verdad, no lo era, ciertamente porque "Guapa" diré que es, por ejemplo, la novia de de tu hermano y "Bonita" tu nueva camisa de seda.

Tampoco era Hermosa, como puede serlo un soneto, o la Poesía de Benedetti, tampoco bella como la puesta del sol. No era preciosa, como la letra de esa canción de Demian Rice, o la historia del Diario de Noa, esa peli que tanto te gusta.

No.

Ella era distinta, te disparaba el pulso de tan solo el deseo que te provocaba al mirarla, con sus ojos claros, alegres, tiernos, era una mujer que hacía que perdieras la cabeza, era una mujer perturbadora, desgarradoramente sexy, capaz de hacerte despertar el peor de los vicios, exquisita y sin, sin dejar de mirarte con su carita de ángel, su voz tierna y su preguntas perdidas... Era como Campanilla.

No, de verdad no era bonita, ni bella, como las ciudades  o los abrigos de moda, como un paisaje, como un Adaggio, ella solo era verdaderamente diferente, era mucho más, mas... 

Alexander Ramirez

sábado, 15 de noviembre de 2014

Sexo

   
Y de pronto me dí cuenta que la palabra sexo significaba más que un acto en sí, mas que dos cuerpos dándose calor mediante el roce, te tenía frente a mí, acostada, con las piernas abiertas y completamente desnuda. Temblando, lo hacías solo con sentirme cerca, al escuchar como mi respiración se acercaba más y más a lo que siempre había imaginado como un sueño. Mis ojos te decían, sin más lo que nadie te ha dicho en tu vida, te observaba y tus ojos sin querer me evitaban, porque no querían desvelar que eras completamente mía. Te tomé por los tobillos con sutileza y firmeza masculina, metiéndome entre tu intimidad, tu calor y sintiendo como la cara interna de tus muslos no podían dejar de vibrar en mi presencia. Un gemido y te susurré que estuvieses tranquila, que no tenías nada que temer, que no te haría nada que realmente no quisieras. Lo único que conseguí fue que girases la cabeza, porque ni con la mirada escondida tras tus parpados y tus cabellos cubriendo tu rostro, eras capaz de ocultar lo que sentías al darte cuenta que no tenías mas opción que entregarte. Lo eras todo, la mujer que siempre necesité, la que siempre deseé, ahí desnuda, mía... y de seguro la que me iba a llevar a la perdición absoluta, pero era inevitable no entregarme a tu oscuridad. Nos teníamos miedo y sabíamos que nos íbamos a dejar llevar aun teniendo un mundo lleno de dudas, de locura, de resentimiento y de soledad.

   Estabas mojada, como si la lluvia te vistiese de Prada, como si el mar naciese en tu mismísimo sexo, tanto que percibía tu necesidad de necesitarme, una vez en tu interior, sentí cosas tan irreales que no existen palabras para describirlas, tu sexualidad era mía y tus ganas de devorarme cada vez eran más violentas, , con suaves movimientos y sin esperarmelo, estuviste a punto de estallar en un orgasmo incontrolable, tus dientes mordían la nada, tu boca temblaba siguiendo la melodía que danzaba tu cuerpo y tus piernas se cerraban con fuerza aferrándose a mis costados. "No te corras todavía" al decirtelo al oído, una lagrima descendió por tu rostro sin tener un significado concreto, o tal vez si, eras mía y con ella toda tú... Y yo definitivamente firmé tu placer como mío y esa noche yo, yo ya te pertenecía.

Alexander Ramírez

De mi andar y la tristeza




Dime qué hiciste para tenerme así, porque aquí ahora encuentro sólo en ti las cosas que día a día voy buscando, lo ves, creo que es tu razón y tu virtud, pienso que mi vida la tienes tú y no sé cómo o desde cuándo. No sé qué hiciste, un hechizo tal vez, un acto de magia que hizo que de ti me prendara.

supiste encontrar la manera de que un día cualquiera te conociera y nunca más te olvidara. Supiste entrar en mis sueños y llenar de personajes risueños cada parte de mi historia y escribir de corazón páginas de pasión y otras llenas de gloria.

Adivinaste de una forma extraña para ti que hoy no me acompañas conquistar mi corazón, qué situación tan extraña, que luego del momento en el que llené de besos tu piel, yo más nunca te olvidara.

Hoy en deseos ardo de besarte y mata el deseo de abrazarte de consumirme en tu fuego y libarte pero te he soñado ajena y nado y nado y a tu orilla nunca llego, que te me haces intangible, lejana, distante, invisible, que no te puedo poseer y ahora, ¡Ahora! tengo un problema, no sé qué escribir en mi poema ni sé qué hacer con mi querer.

Quisiera llorar escribiendo para ir así entendiendo que solo soy yo quien te añoro y bajarme de esta sinfonía al saber que nunca has sido mi tesoro y que nunca te perdí.
Y si un día me muriera y Dios a su manera a la vida me regresara para darme el placer de vivir, yo me volvería a morir si algún día te olvidara.

Alexander Ramirez